Se tardaría 10 meses en vacunar a los grupos de riesgo
Los especialistas están preocupados. Al ritmo actual de aplicación, demandará casi un año inmunizar a la población de riesgo frente al Covid-19.
La vacuna era la esperanza frente a la segunda ola. Pero, ahora, Son unos 13.026.394 de adultos mayores de 60 años y de menores de esa edad con comorbolidades. Aunque son la prioridad de la campaña, deberán esperar varios meses hasta que les llegue el turno para ser inoculados. Hasta anteayer, solo habían sido vacunados el 6,5% de los primeros y el 1,17% de los segundos. La noticia inquieta a los infectólogos y epidemiólogos, de cara a la llegada del frío en los próximos meses.
Aunque la cantidad de dosis aplicadas se incrementó de forma notoria en la última semana, a un promedio diario de 84.735 vacunas, para alcanzar a la población de riesgo serán necesarios al menos diez meses más. Los números hablan por sí mismos: desde que empezó la campaña, hace poco más de dos meses, apenas unas 349.454 personas recibieron las dos dosis y están protegidas frente a la enfermedad. Es menos del 0,8% de la población del país. En total se dieron 1.774.438 aplicaciones. Más del 3% de la población ya recibió la primera dosis, según los datos que se publican en el Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación.
En la escala mundial, la Argentina está en el puesto 77 de porcentaje de la población vacunada, según el ranking que elaboran, a diario, los investigadores de la Universidad de Oxford. Y a nivel regional, quinto. El país está incluso por debajo de la media global que es del 4%. Brasil ya aplicó dosis equivalentes a más del 5% de sus habitantes; Alemania, a casi el 10%, y Chile, a más del 26%.
Tendremos todo un año a la población de riesgo sin incorporar. Deberíamos duplicar la cantidad de dosis diarias de vacunación y sostenerla en el tiempo para tener impacto. Hay que convocar a estudiantes de medicina, fuerzas armadas, ser más agresivos en la estrategia. A este ritmo, vamos a necesitar unos 12 meses solamente para vacunar a la población de mayores de 60 y a las personas de riesgo. Y hay que vacunar sin demoras al personal esencial, de salud y docentes", argumenta el infectólogo Eduardo López, que integra el comité de expertos de Presidencia.
La Nación consultó a los voceros del Ministerio de Salud para conocer su opinión sobre el cálculo y la preocupación de los especialistas, pero no hubo respuestas.
Para desplegar la campaña de vacunación, el gobierno nacional ya recibió 4.050.540 dosis, entre Sputnik V, Covishield y Sinopharm. Según el Monitor Público de Vacunación, se distribuyeron 2.975.410 dosis de vacunas a las provincias. Por lo que aún hay 1.075.130 pendientes de envío a los distritos. En las 24 jurisdicciones, fueron aplicadas el 62% de las dosis.
"La campaña de vacunación es extremadamente lenta, el suministro no está asegurado y los criterios de aplicación no se cumplen adecuadamente", sintetiza el exministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein. Y agrega: "Por un lado, no se sabe qué vacuna va a venir, ni cuándo, ni las características de distribución que va a tener. Por el otro, el sistema de salud delega en las provincias la operación logística: falta articulación y rectoría de parte del Ministerio de Salud, que aún no parece en condiciones de poder liderar la campaña de vacunación. Esto es diferente a lo que está sucediendo en Chile o Uruguay".
Lejos de la inmunidad de rebaño
Alcanzar la inmunidad de rebaño es una meta todavía más lejana en la Argentina. Se requerirán más de dos años. Recién se lograría en abril de 2023, según advierten los expertos consultados.
"Es una falacia imaginarnos en los próximos dos años sin barbijo. Avanzamos demasiado despacio para alcanzar la inmunidad. Y con estas cepas más agresivas, el horizonte es más lejano. No alcanza con cerrar las fronteras, porque nuestra propia cepa puede mutar. Hay que acelerar la vacunación", señalá Elena Obieta, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Para alcanzar la inmunidad colectiva en un país, debe estar inmunizado un porcentaje grande de la población. "Todavía se desconoce el umbral para la vacuna contra el Covid-19, pero se estima que debe ser entre el 70% y el 80% de la población", explica López. Por ejemplo, para lograr la inmunidad contra el sarampión es necesario vacunar al 95% de una población.
"El objetivo actual de la campaña de vacunación es disminuir la carga de la enfermedad y no alcanzar la inmunidad de rebaño", recuerda Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del Cemic y miembro del comité de la Fundación Vacunar.
"Hay que tener ideas innovadoras para abrir nuevos lugares donde se pueda vacunar. Se deberían sumar a todos los efectores privados con capacidad de participar de la campaña de vacunación para acelerar el proceso. Confío en que en los próximos meses el sistema se vaya a aceitar. Muchos otros países tienen un ritmo más intenso y agresivo. Cada día que se demora en la vacunación es una persona más que puede enfermarse y morir", indica Bonvehí.
"Vamos más despacio de lo que desearíamos. ¡Si al menos tuviéramos a toda la población de riesgo vacunada, lograríamos reducir los cuadros graves y las muertes! Pero estamos lejos. Falta más de un año para que lo completemos. Ni siquiera completamos al personal de salud. Hoy, hay más gente inmunizada por haber tenido contacto con el virus que por la vacuna", explica Obieta.
En tanto, de los mayores de 60 años, que en la Argentina son 7.279.394 más 94.000 que viven en residencias, hasta anteayer habían sido vacunadas 481.814 (el 6,5%). Los menores de 59 con factores de riesgo, según estimó el Ministerio de Salud de la Nación, son unos 5.653.000 y fueron vacunados apenas 66.613 (1,17%). "El criterio de entrega para las jurisdicciones fue por población general y esto perjudica a la Ciudad de Buenos Aires, que concentra a una proporción mucho mayor de trabajadores de la salud y de mayores de 60 años", apunta Rubinstein.
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