Sigue creciendo Omicron en la Argentina, pero en Salud entienden que está "bajo control"
Entre las variantes Delta y Ómicron, desde el último lunes los días en la Argentina parecen semanas.
El 20 de diciembre hubo algo más de 5.300 casos y al día siguiente sobrepasaron los 9.300. Veinticuatro horas después superaron los 11 mil, de ahí saltaron a más de 13 mil, el jueves, y el viernes treparon por encima de los 16 mil. En una semana, el índice de positividad se duplicó: la proporción de testeos positivos sobre los totales realizados pasó del 8 por ciento a más del 16, aunque los últimos tres días hábiles (miércoles, jueves y viernes) ese porcentaje se mantuvo estable. Pero como aumentó la demanda de testeos (el viernes superaron los 95 mil, contra los 46 mil del lunes), la cantidad de casos subió en consecuencia.
El numero de casos ciertamente asusta. Y con Ómicron en el aire, a pleno en Córdoba y en crecimiento en el AMBA, la percepción es que contagiarse parece inevitable. Que sólo es cuestión de respirar. En realidad no es para tanto, pero así es la "sensación térmica" en este presente inédito.
Sin embargo, entre tanto test positivo y reunión de Navidad cancelada por potenciales participantes infectados, asoma un dato positivo, que tiene que ver precisamente con la cantidad de testeos realizados. Cuantos más testeos positivos en términos absolutos (no proporcionales en relación a los tests) más gente queda aislada y deja de contagiar a otros.
Ese circuito virtuoso, de sostenerse, permitiría mantener estable el índice de positividad, para que en algún momento (dependerá de la cantidad de testeos que se hagan) empiece a bajar.
Muchos argentinos que se fueron a testear en estos días para asistir tranquilos a la reunión de Nochebuena o porque necesitaban viajar y dieron positivo, eran asintomáticos. Es decir que en otro momento no se hubieran testeado. Pero los casos hubieran existido igual, sueltos en la calle para seguir infectando.
Por eso, más que alarmarse cuando se difunde cada día una nueva cifra récord de contagios, hay que mirar cuántos testeos hubo durante esa jornada. Si se hicieron pocos y los casos son muchos, sí será un síntoma de preocupación. Pero si los casos siguen elevados y la positividad no crece o incluso desciende un poco, habrá ahí una buena señal de cara a lo que venga.
La evidencia indica que en el mismo plazo en que la cantidad de casos se triplicó, la positividad se duplicó. Es decir, la cantidad de testeos aumentó más que la cantidad de contagios.
El desafío del Estado -de los Estados provinciales- es ahora poder responder a la alta demanda de testeos, que los insumos no se agoten y si es necesario (como ocurrió en Córdoba) testear hasta altas horas de la noche o incluso de madrugada.
Lo importante, además de vacunar todo lo posible con terceras dosis ante la amenaza cada vez más cercana de la variante Ómicron, es diagnosticar prematuramente para lograr que la curva del Covid pueda bajar en algunas semanas con la misma rapidez que ahora está subiendo.
La parte negativa y la enseñanza -una vez más en esta pandemia-, es que si la cantidad de testeos diarios se hubiera acercado a los 100 mil cuando la demanda no era tal, sino que hubiera sido el Estado el rastreador inteligente de contactos estrechos de infectados, la cifra de contagios probablemente no hubiera crecido tan rápido y la tasa de positividad hubiera sido menos abrupta que la que se vio durante esta última semana.
A la vez, no incrementar la oferta de testeos puede desalentar a la gente a concurrir. Las filas interminables para testearse pueden implicar oportunidades perdidas de sacar de circulación un mayor número de infectados. En un contexto, además, en el que a diferencia de otros países el autotest comprado en la farmacia aquí sigue prohibido.
Es la diferencia entre pescar con mediomundo o pescar con caña. Es evidente que la capacidad instalada de los distritos provinciales no da abasto con la exigencia de esta tercera ola. No atenderla correctamente no es otra cosa que fogonear la pandemia, en lugar de intentar extinguirla.
Fuente: diario Clarin.