Alegorías y homenajes patrios en el espacio público
El espacio público, ese territorio en disputa que resume las necesidades y pretensiones de los diferentes grupos pertenecientes a la ciudad, está poblado de referencias a acontecimientos históricos, de homenajes a figuras destacadas y de lugares que propician encuentros artísticos o que en sí son espectáculos para ser disfrutados.
Decía Ricardo Rojas en 1909: "La historia no se enseña solamente en la lección de las aulas; el sentido histórico, sin el cual es estéril aquella, se forma en el espectáculo de la vida diaria, en la nomenclatura tradicional de los lugares, en los sitios que se asocian a lugares heroicos, en los restos de los museos y hasta en los monumentos conmemorativos, cuya influencia sobre la imaginación he denominado la pedagogía de las estatuas".
Patria, República, Constitución, Libertad son las más convocadas para su representación en forma alegórica, de ello dan cuenta las denominaciones de los espacios públicos más importantes de las ciudades y pueblos de la provincia.
Así Concepción del Uruguay cuenta con dos monumentos alegóricos en sendas plazas. Por un lado, la Pirámide homenaje a la Revolución de Mayo, diseñada por el Arq. Fosatti en 1858 y dispuesta en el centro de la Plaza Ramírez. Y, por otro lado, la Plaza Constitución que fue diseñada en su totalidad sobre un terreno baldío, localizado al sur de la ciudad. Para su construcción se contrató a los hermanos Juan y Pedro Fosatti, el espacio se organizó mediante el cruce de diagonales en cuyo centro se construyó la Columna conmemorativa cuya pregnancia visual definida por las líneas clásicas de su diseño, hace que se la conozca popularmente como "la plaza de la Columna". La Columna, de capitel corintio, se apoya en una base cuadrada donde puede leerse en cada cara una referencia al hecho conmemorado, así sobre el lado Este la inscripción reza: "1° de Mayo 1853, fecha en que fue sancionada en Santa Fe por el Congreso Constituyente, la Constitución Nacional"; en el Oeste refiere al Pronunciamiento y a la creación del Colegio del Uruguay: "1° de Mayo 1851 - 28 de Julio 1849"; en la cara Norte la inscripción recuerda la Batalla de Caseros: "3 de Febrero de 1852"; y en el lado Sur puede leerse: "Al Libertador de la República, Capitán General Don Justo José de Urquiza".
Otro tributo a la Carta Magna se levanta en la plaza principal de Gualeguay, que honra a la Constitución a través de una columna sobre la que descansa una imagen femenina. La obra consta de un basamento cuadrangular cuyos vértices se extienden como planos que configuran pequeños nichos donde se disponen placas con las leyendas: Libertad - Constitución - 1° de Mayo de 1851 - Al General Urquiza; esta sostiene una columna de base circular cuyo primer tramo es estriado para luego pasar a un desarrollo liso y un capitel dórico sobre el que se levanta la figura femenina que actúa como alegoría de la constitución. La mujer lleva una túnica como atuendo y una estrella de cinco puntas en la frente; en su mano derecha porta un rollo a modo de bando, mientras en un pedestal descansa un cofre al que se fija, mediante cadenas, el Escudo Nacional. El brazo izquierdo se alza portando un farol.
En Victoria la plaza Libertad, se caracteriza por la implantación de una columna de base cuadrada, que emerge como un obelisco sobre el que se encuentra la figura de la libertad ataviada con una túnica y gorro frigio sosteniendo el Escudo Nacional sobre el lateral izquierdo.
El libertador
Entre las estatuas que pueblan las plazas principales, se destaca la del General San Martín, que ocupa la posición dominante en Concordia, Victoria, Paraná, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Colón y Gualeguay.
Sin dudas, San Martín es la figura que más ha inspirado el sentimiento de Libertad y Unidad de los pueblos a través de su gesta libertadora. El deseo de rendirle homenaje surge muy tempranamente, aunque no pudo concretarse con la celeridad requerida. El primer intento se produjo al año siguiente de su muerte cuando el general Justo José de Urquiza decretó el 16 de julio de 1851 la erección de una columna conmemorativa en la plaza principal de Paraná. El proyecto fue dictado dos meses después del Pronunciamiento que desencadenó la Batalla de Caseros, motivo por el cual quedó trunco retomándose un siglo después en el área del Rosedal.
La segunda propuesta provino de Chile en 1856 y fue la que impulsó el resto de los homenajes a partir de la obra del escultor francés Louis-Joseph Daumas inaugurada en 1863.
En 1860, las autoridades de Buenos Aires dispusieron la realización de un monumento al Padre de la Patria para lo que se contrató al mismo escultor solicitando modificaciones que se adaptaran al ideario local. En el boceto original San Martín exhibe con su mano derecha la bandera libertadora y para la versión argentina, la mano derecha se alza en lo alto señalando con su índice el camino de la libertad.
La estatua arribó desarmada a la Argentina en 1862 y fue inaugurada en un acto público. San Martín es representado a la edad en la cual llevó a cabo la campaña libertadora. Luce patillas largas y su sombrero falucho. Viste una guerrera con faldón prendido al medio, charreteras y una banda sobre el pecho.
La figura ecuestre lleva en el aire sus patas delanteras y la cola suelta al viento. En 1910, en ocasión del centenario de la Revolución de Mayo, se introducen modificaciones. La proximidad celebración hizo que las provincias planifiquen sus respectivos homenajes. Santa Fe encabezó la propuesta de realizar una copia de la obra de Buenos Aires mediante un sobremoldeado que se utilizó para sucesivas reproducciones.
A Entre Ríos, las estatuas llegaron desarmadas y en cajones al puerto de Concepción del Uruguay para ser luego distribuidas a las ciudades.
La obra venía en partes y cada municipio debía encargarse del armado, la construcción del pedestal y su ornamentación; de ahí derivan las diferencias.Mariana Melhem redaccion-er@miradorprovincial.com