Provinciales
Violencia de género. Su pareja iba a matarla a puñaladas y la salvó una vecina que hizo de “escudo humano”
La joven, de 26 años, recibió seis heridas de arma blanca. El hombre con quien mantenía una relación ahora va a juicio. Está acusado, además, de querer atropellarla y violarla.
Hospital San Roque, donde fue internada la víctima.
El cuerpo de otra mujer como “escudo humano” salvó su vida. Una joven de 26 años que sobrevivió en la ciudad de La Calera a seis puñaladas potencialmente mortales denunció a su exnovio, quien ahora irá a juicio por un brutal intento de femicidio.
La jueza María Celeste Orta Córdoba, del juzgado de control en Violencia de Género y Familiar Nº 1, rechazó la oposición a juicio de la defensa y envió a debate a Luis Alberto “Veco” Chávez (41). Está imputado por presuntas amenazas calificadas, lesiones leves calificadas, privación ilegítima de la libertad calificada y homicidio calificado en grado de tentativa (intento de femicidio) en contra de su entonces novia (26).
Historia de horror
Ambos se conocieron por medio de unos amigos y entablaron una relación amorosa que duró unos dos años. “Al principio fue todo relindo, pero después él se iba poniendo como loco, porque consumíamos los dos. A él (la droga) le cambiaba las reacciones, le hacía mal y se ponía agresivo”, contó la víctima.
El cuerpo de otra mujer como “escudo humano” salvó su vida. Una joven de 26 años que sobrevivió en la ciudad de La Calera a seis puñaladas potencialmente mortales denunció a su exnovio, quien ahora irá a juicio por un brutal intento de femicidio.
La jueza María Celeste Orta Córdoba, del juzgado de control en Violencia de Género y Familiar Nº 1, rechazó la oposición a juicio de la defensa y envió a debate a Luis Alberto “Veco” Chávez (41). Está imputado por presuntas amenazas calificadas, lesiones leves calificadas, privación ilegítima de la libertad calificada y homicidio calificado en grado de tentativa (intento de femicidio) en contra de su entonces novia (26).
Historia de horror
Ambos se conocieron por medio de unos amigos y entablaron una relación amorosa que duró unos dos años. “Al principio fue todo relindo, pero después él se iba poniendo como loco, porque consumíamos los dos. A él (la droga) le cambiaba las reacciones, le hacía mal y se ponía agresivo”, contó la víctima.
La situación se volvió violenta cuando comenzó a golpearla, celarla e intimidarla, según relató la mujer. Lo denunció y la Justicia dispuso una restricción de comunicación y acercamiento (con botón antipánico). Al quedar sin efecto, retomaron la relación.
Sin embargo, el vínculo habría llegado hasta la desigualdad de poder, en la que habría primado el control y el dominio de Chávez sobre su pareja. “Quería salir y él no quería que saliera con mis amigas. No quería que me juntara con mis amigas ni mi familia; me seguía a todos lados. Siempre me amenazó y me decía que si no estaba con él, le podía pasar algo a mi familia. Que no lo dejara solo a él, porque iba a ser de él nomás”, relató.
El cuerpo de otra mujer como “escudo humano” salvó su vida. Una joven de 26 años que sobrevivió en la ciudad de La Calera a seis puñaladas potencialmente mortales denunció a su exnovio, quien ahora irá a juicio por un brutal intento de femicidio.
La jueza María Celeste Orta Córdoba, del juzgado de control en Violencia de Género y Familiar Nº 1, rechazó la oposición a juicio de la defensa y envió a debate a Luis Alberto “Veco” Chávez (41). Está imputado por presuntas amenazas calificadas, lesiones leves calificadas, privación ilegítima de la libertad calificada y homicidio calificado en grado de tentativa (intento de femicidio) en contra de su entonces novia (26).
Historia de horror
Ambos se conocieron por medio de unos amigos y entablaron una relación amorosa que duró unos dos años. “Al principio fue todo relindo, pero después él se iba poniendo como loco, porque consumíamos los dos. A él (la droga) le cambiaba las reacciones, le hacía mal y se ponía agresivo”, contó la víctima.
La situación se volvió violenta cuando comenzó a golpearla, celarla e intimidarla, según relató la mujer. Lo denunció y la Justicia dispuso una restricción de comunicación y acercamiento (con botón antipánico). Al quedar sin efecto, retomaron la relación.
Sin embargo, el vínculo habría llegado hasta la desigualdad de poder, en la que habría primado el control y el dominio de Chávez sobre su pareja. “Quería salir y él no quería que saliera con mis amigas. No quería que me juntara con mis amigas ni mi familia; me seguía a todos lados. Siempre me amenazó y me decía que si no estaba con él, le podía pasar algo a mi familia. Que no lo dejara solo a él, porque iba a ser de él nomás”, relató.
La situación comenzó a tornarse insostenible, a pesar de idas y vueltas en el vínculo de pareja. El 18 de junio de 2023, a última hora, ambos se encontraban en la casa del suegro (padre de Chávez) cuando el imputado le habría dicho a su novia: “Como no pasé el Día del Padre con mis hijas, no me importa nada. Si me dejás, mato a tu hija”.
La joven se refugió en la casa de su madre y, luego, en la de unos amigos. Varias horas después, cerca de las 4.30 del día siguiente, Chávez llegó con un amigo, a bordo de su Volkswagen Voyage, según el relato de la víctima.
Con la aparente intención de amedrentarla, aceleró el vehículo simulando querer atropellarla, pero lo frenó a poca distancia. Bajó del auto, la tomó de los pelos y la obligó a subir. En el interior, la habría atacado a golpes en la cabeza, la boca y la mandíbula.
En pleno viaje, Chávez le habría dicho a su amigo: “La voy a matar y la voy a cagar violando, ¿te prendés?”. Pero a la altura del boliche La Fábrica (La Calera), por la ruta E-64, el rodado se quedó sin combustible. La joven aprovechó para escapar del vehículo y solicitó auxilio a unos policías que casualmente pasaban por el lugar.
La mujer terminó hospitalizada con lesiones leves en el rostro y en la boca. Luego, retomaron el vínculo.
Un “escudo humano” salvador
Cinco meses después, Chávez intentó asesinarla, según la investigación. La mañana del 24 de noviembre pasado, ambos se encontraban en la casa de unos amigos, tras una noche de consumo de estupefacientes, cuando comenzaron a discutir por dinero.
Chávez le habría propuesto que salieran a robar, porque ya no tenían dinero, pero la joven se negó porque no quería terminar en la cárcel. El hombre la tomó de los pelos y la mujer alcanzó a defenderse rasguñándole la cara.
La joven se dirigió a la casa de una conocida. Ingresó al patio delantero. Chávez la siguió y logró entrar. La mujer les pidió ayuda a la conocida y a otra mujer que se encontraban allí para que avisaran a la Policía porque “Veco” le quería pegar y asesinarla.
Una de las vecinas le pidió a Chávez que se tranquilizara y la joven se colocó detrás de la otra conocida e insistió en que llamaran al 911, porque el hombre tenía una cuchilla y quería matarla. “Es mentira, mirá cómo me dejó la cara”, había retrucado Chávez, exhibiendo los rasguños.
La joven les relató que ya la había golpeado y que le había arrancado un diente. Mientras la víctima hablaba con las vecinas, Chávez regresó, subió las escaleras y le exigió a su pareja que le entregara la mochila que ella llevaba.
La joven se negó, y Chávez enfureció. Una de las vecinas se interpuso entre el hombre y la joven para protegerla. Pero el sospechoso se abalanzó sobre ellas y apuñaló a su novia seis veces: en el tórax, la zona lumbar y el brazo izquierdo.
Fracasó gracias a que una de las conocidas la cubrió con su cuerpo, empujando a Chávez con su hombro. El hombre rápidamente huyó del lugar. Antes de desvanecerse, la joven alcanzó a decirle a una de las conocidas que su agresor era “Alberto Chávez”. La mujer fue internada y sobrevivió.
El defensor oficial del imputado pidió el cambio de calificación: de intento de femicidio a robo calificado por el uso de arma en grado de tentativa. Señaló que el hombre no había tenido ánimo homicida y que, en realidad, su intención se había limitado a robar la mochila mediante el uso de un cuchillo.
También destacó que las lesiones habían sido leves, sin riesgo de muerte y que estaban enmarcadas dentro de la violencia propia de un robo.
Para la jueza, por el contrario, el objetivo fue asesinar a la joven y no robarle. Recalcó que la propia víctima había descripto que Chávez le había arrancado un diente y que la apuñaló.
“Resulta cuanto menos llamativo que si el propósito real del acusado era en verdad despojarla de sus pertenencias en lugar de extinguir su vida, desplegara un ataque tan excesivo, dado que resultaba innecesario apuñalarla y, menos aún, hacerlo de manera reiterada, como lo llevó a cabo”, recalcó.
La magistrada remarcó que Chávez no aprovechó que la joven estaba herida para consumar el robo, sino que nunca se llevó la mochila, el presunto objetivo alegado. Las lesiones, para Orta Córdoba, fueron coherentes y compatibles con un ataque contra la vida” y no con un robo.
Reforzó su análisis al señalar que fue la negativa de la víctima de querer participar de un robo lo que molestó a Chávez. “Fue la falta de acatamiento y de obediencia de la víctima a la voluntad del acusado lo que provocó el origen de su proceder delictivo. Lo expuesto evidencia la presencia en el vínculo de una marcada desigualdad de poder, de la cual se valió el acusado ante el impedimento de poder someterla a sus designios, lo que demuestra la asimetría en la vinculación”, afirmó.
La jueza resaltó que Chávez ya había mencionado su idea de asesinar a su novia cuando quiso atropellarla y luego violarla y matarla, en oposición al planteo defensivo de que el hombre no tenía un ánimo criminal.
Y enfatizó que el uso de un cuchillo para herir a la víctima hacía posible calificar una acción como asesina, porque las zonas de los puntazos eran idóneas para provocarle la muerte y no simplemente una acción violenta para robarle.
“La conducta del acusado fue la de terminar con la vida de aquella, lo que no logró por circunstancias ajenas a su voluntad (asistencia de la vecina)”, concluyó la magistrada y lo envió a juicio. La nueva defensa quedó a cargo de Juan Cruz Soria Cangiano. Fuente: Lavoz