Adolescencias eternas
Observando el comportamiento social con la cuarentena, se me ocurre pensar en la rebeldía adolescente, la oposición, el berrinche, sin explicaciones coherentes a veces. Por supuesto que esta pandemia es tan grave que va mucho más allá de una simple respuesta inmadura, y es tal nuestra angustia que genera la aparición de innumerables estados patológicos mucho más serios que este conflicto evolutivo.
Por lo tanto, continúo con la divulgación de aportes en la clínica en general.Dice Alba Flesler: "suelo decir que atiendo niños. Pero ante la pregunta por las edades de mis pacientes, reconozco que los niños que atiendo tienen entre 3 y 80 años. Quiero decir que la edad cronológica casi nunca coincide con la existencia de cada sujeto."Llamamos adolescencia a un momento de la vida, se la describe como un tránsito, un tiempo de cambios, de pasaje, de preparación para adquirir responsabilidades, formar una familia, independencia de los padres etc. Debemos admitir que, en nuestros días los jóvenes retardan todo esto, es frecuente que lejos de encontrarse encaminados y definidos, vivan de crisis en crisis, sus conductas sean ruidosas, transgresivas más que creativas, que sigan viviendo con los padres, que dependan económicamente durante décadas, que cambien de una a otra carrera, que la elección de pareja no sea fácil, y que posterguen la paternidad hasta edades avanzadas.En la antigüedad los griegos, los romanos se organizaban con rituales su pasaje a la adultez alrededor de los 15 años.Actualmente algunas investigaciones y disciplinas mencionan la prolongación de la esperanza de vida que en la antigüedad rondaba los 30 años y se ha multiplicado ahora por 3, ello puede haberse convertido en un factor de postergación para asumir las responsabilidades adultas. Otros insisten en colocar las causas en las políticas socioeconómicas argumentando que, que impide la independencia de los jóvenes y el acceso a la exogamia. Desde el psicoanálisis la pubertad es un tiempo de la estructura del sujeto y como tal es necesario y universal, pero a la vez la adolescencia es relativa también a la época histórica y el discurso dominante, todo ello imbricado en la vida particular de cada uno.Por lo tanto, según Flesler la pubertad es un tiempo de despertar y la adolescencia puede ser una respuesta del sujeto, pero no la única.Freud: en "Tres ensayos sobre una teoría sexual" describe allí que las pulsiones, que permanecían latiendo desde el primer despertar sexual, vuelven a despertar con acentuada virulencia, conmocionan ese segundo período de la infancia, las formas conocidas del cuerpo se pierden. "Como aquel que es despertado brutalmente por el sonido estridente de un reloj o una cortina abierta inesperadamente , el instante del despertar puberal genera desconcierto , desorientación espacial y temporal y una profunda sensación de desconocimiento del entorno y la escena en la que el sujeto se encuentra .Confrontado a esa dudosa realidad , en la que todo lo que era ya no es, el pequeño que navegaba en las aguas mansas de la niñez ve tambalear su embarcación en el medio del océano de las pulsiones.Freud sostiene que la pubertad es un tiempo de elección. Se elige el objeto y también la identidad sexual y en un primer momento se producen desborde de toda índole. Excesos orales, bebidas, comidas, cigarrillos y otras consumiciones encuentran una boca ávida de incorporar más y más. También aparecen aquí bulimia y anorexia que tienen que ver con la distorsión de la imagen corporal.Seguimos la próxima.
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