Razón Crítica
Bandera blanca
Que la inflación es multicausal. Que la inflación es monocausal. Que la inflación responde al tipo de cambio.
Que la inflación es por emisión. Que la inflación se gestiona mediante teorías heterodoxas. Que la inflación se maneja a través de la ortodoxia. Muchachas y muchachos: no son comentaristas, son funcionarios públicos que, valga la redundancia, tienen que funcionar.
Según el último informe del INDEC, los precios al consumidor (IPC) subieron 7,7% en marzo de 2023 respecto de febrero y 104,3% interanual. Acumularon un alza de 21,7% en el primer trimestre. La división con mayor alza mensual en marzo de 2023 fue Educación (29,1%); en marzo de 2023, Alimentos y bebidas no alcohólicas aportó la mayor incidencia sobre la variación mensual en todas las regiones del país.
Con éstos números, es inviable cualquier proyección económica que apunte al desarrollo del país. Con éstos números, además, no hay relato épico ni justificación alguna para justificar esta contingencia social. Las bases lo saben, con sólo recorrer los barrios se conoce la peor consecuencia de la inflación: la generación constante de nuevos pobres.
Un gobierno de supuesta estirpe nacional y popular no puede pretender menguar la realidad de este índice bajo excusas cuasi cómicas. Ante esta escalada inflacionaria, pareciera ser que muchos administradores del Estado sobran. La ineficiencia es inaudita y se paga con el bolsillo de los ciudadanos, aún más en los sectores más vulnerables de la sociedad. De nuevo: ¿Estamos hablando de un Gobierno nacional y popular?.
A su vez, existen dos detalles para nada menores a considerar: 1) El dato de 7,7% que se conoció sobre la inflación de la Argentina en marzo es el más alto en más de un año y muestra las dificultades que tiene el país para contener los aumentos de precios frente a sus vecinos: la mayoría de los países tiene interanualmente un número similar al que registró el INDEC en un solo mes. A nivel regional, el problema de los aumentos de precios también golpeó en 2020 y 2021 pero comenzó a estabilizarse en 2022 y ahora tres países tienen una inflación anual menor que la que tuvo la Argentina en marzo: Paraguay, Brasil y Bolivia no llegan al 7%. Por su parte, Uruguay y Chile son los países limítrofes que siguen con un 9,1 y 11,1% respectivamente en los últimos doce meses. Si se expande esta consideración a nivel regional, quien tiene también una inflación interanual menor que la de la Argentina en un mes es Ecuador, con 2,9% (Fuente: El Cronista https://www.cronista.com/economia-politica/bolivia-brasil-y-paraguay-tienen-una-inflacion-interanual-menor-a-la-que-argentina-registro-en-marzo/). 2) El 7,7% de inflación de marzo representa el registro mensual más alto desde abril de 2002, mes en el que el Índice de Precios al Consumidor había marcado 10,2% tras la devaluación que había sufrido el peso argentino durante el gobierno de Eduardo Duhalde. El registro dado a conocer este viernes por el Indec se ubicó, además, como el segundo más alto desde la hiperinflación de 1991, dejando en tercer lugar al 7,4% de julio de 2022 (Fuente: Tomás Carrió para Bloomberg Línea https://www.bloomberglinea.com/latinoamerica/argentina/la-inflacion-de-marzo-2023-en-argentina-llego-a-77-y-acumula-217-en-el-primer-trimestre/?outputType=amp).
El régimen político actual paga las consecuencias de estas cifras macroeconómicas ya que ceja su reputación institucional continuamente. No se debe soslayar que la economía también es política. En este sentido, cada paso en falso pone en jaque la credibilidad de las instituciones nacionales de Gobierno. En fin, en algún momento de su gestión el Presidente Fernández le declaró la “guerra” a la inflación. Pareciera ser, al respecto, que la bandera blanca está flameando de su parte.
Julián Lazo Stegeman