Los mismos problemas de siempre
¿Qué está ocurriendo en Chubut? La provincia patagónica, polo de atracción turística en esta época del año, está ahogada en deudas y no puede pagarle en tiempo y forma a maestros, médicos, empleados judiciales, administrativos, jubilados y fuerzas de seguridad. Encima, en ese marco el gobernador Mariano Arcioni envió un proyecto para aumentarse su sueldo un 100%. En ese mismo proyecto solicitó aumentos de un 80% para el vicegobernador, para los ministros y secretarios un 75%, para los viceministros un 65% y un 55% para los subsecretarios, jefes de la Policía y asesores generales del Gobierno.
Del otro lado, los testimonios de más de 60 mil empleados públicos, maestros y jubilados reclaman que no han cobrado agosto, ni saben cuándo lo harán. "No sé cuándo termina esto", dijo angustiada a la agencia AFP Yael Matos, que cobra a cuentagotas su salario de maestra. "No tenemos fecha de pago, íbamos a cobrar hoy pero no cobramos y aparte de eso vamos a cobrar sin aumento, escalonado y en cuotas", añadió. En la pizarra de un salón de escuela se lee "1 de agosto", último día que hubo clase este año. "Hay empatía de la sociedad", afirmó la maestra y admitió que el año escolar está casi perdido. La provincia, situada en una extensa meseta entre la cordillera de los Andes y el océano Atlántico y visitada por centenares de turistas para el avistaje de la ballena franca austral, está paralizada. A ese contexto se sumó la triste noticia de la muerte de dos maestras en un accidente de ruta. No obstante, no fue en una situación aleatoria: fue volviendo de un reclamo, precisamente por la falta de pagos. Y dicha huelga incluyó incidentes con fuerzas de seguridad. Es por eso que el martes por la noche manifestantes encendieron fogatas frente a la legislatura. (Fuente: www.perfil.com). Lo que está sucediendo en tierras chubutenses, particularmente en el caso de los docentes, es una muestra más de la desidia e indiferencia que existe por parte del Estado hacia las actividades realizadas por maestros y profesores. Esta realidad no se limita a esta provincia, claro está. Todos los años a lo largo y ancho del país se observa, cotidianamente, un sinfín de obstáculos para que los profesionales de la educación puedan desarrollar sus tareas en condiciones dignas y aceptables. Lo peor de este triste asunto no son solamente la falta de recursos para dar clases o los irrisorios salarios que cobran los trabajadores en este ámbito (en comparación, por ejemplo, a los políticos). Lo más alarmante de todo es que en medio de los conflictos laborales, cuando los docentes tienen que tomar medidas de fuerza y salir a la calle a reclamar lo que les corresponde, cientos de niños de toda Argentina quedan sin clases. ¿Cómo podemos progresar como país cuando el Estado no asegura las condiciones mínimas e indispensables para el desarrollo individual y colectivo de las personas? La educación pareciera ser prioritaria en las cúpulas políticas sólo en épocas electorales.La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos. La educación es necesaria en todos los sentidos. Para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico; para nivelar las desigualdades económicas y sociales; para propiciar la movilidad social de las personas; para acceder a mejores niveles de empleo; para elevar las condiciones culturales de la población; para ampliar las oportunidades de los jóvenes; para vigorizar los valores cívicos y laicos que fortalecen las relaciones de las sociedades; para el avance democrático y el fortalecimiento del Estado de derecho; para el impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación. La educación siempre ha sido importante para el desarrollo, pero ha adquirido mayor relevancia en el mundo de hoy que vive profundas transformaciones, motivadas en parte por el vertiginoso avance de la ciencia y sus aplicaciones, así como por el no menos acelerado desarrollo de los medios y las tecnologías de la información. En las economías modernas el conocimiento se ha convertido en uno de los factores más importantes de la producción. Las sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo social son las que han logrado cimentar su progreso en el conocimiento, tanto el que se transmite con la escolarización, como el que se genera a través de la investigación. De la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, cada vez más, la productividad y la competitividad económicas, así como buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones. La experiencia mundial muestra la existencia de una estrecha correlación entre el nivel de desarrollo de los países, en su sentido amplio, con la fortaleza de sus sistemas educativos y de investigación científica y tecnológica. Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un año adicional de escolaridad incrementa el PBI per cápita de un país entre 4 y 7%. Atrás quedaron los tiempos en que se consideraba a las erogaciones en educación como un gasto. En la actualidad, el conocimiento constituye una inversión muy productiva, estratégica en lo económico y prioritaria en lo social. En suma, la educación contribuye a lograr sociedades más justas, productivas y equitativas. Es un bien social que hace más libres a los seres humanos (Fuente: http://www.planeducativonacional.unam.mx). Como ciudadanos debemos atender y apoyar las demandas de los docentes. La importancia de este ámbito es sumamente fundamental para nuestro país y va completamente de la mano con el desarrollo del mismo. El progreso de la educación, el conocimiento, la ciencia y la tecnología es un debate que la Argentina se debe hace mucho tiempo. A contramano de lo que se requiere, los políticos continúan dando debates y discursos alrededor de temas coyunturales, omitiendo las cuestiones de fondo. Paralelamente, prosiguen aumentando sus sueldos e ingresos y privilegiando sus intereses particulares por sobre los colectivos. Lo que está ocurriendo en Chubut es un ejemplo más de una triste historia que viene sucediendo desde hace mucho tiempo en nuestro país: la inoperancia del Estado para con los docentes.Julián
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