Razón crítica
Una historia repetida
Entre renuncias y marcadores macroeconómicos que no son los esperados, el Gobierno dirime sus internas a cielo abierto. Algunos saldrán victoriosos o mejor parados que otros en esas disputas. Los que seguro perderán son los ciudadanos.
Con la renuncia desprolija del Ministro Guzmán, el Frente de Todos abrió un escenario más de show y politiquería. La lucha de egos mantiene en vilo a la coalición y es observada con preocupación por el resto de las personas.
Son diferentes capítulos de una historia que se repite. Una historia aburrida de múltiples aristas que, si no se soluciona, mantiene un final conocido por todos.
La irresponsabilidad política de dirimir cuestiones internas de forma abrupta y a los portazos es incomprensible. O, más bien, entendible desde un plano individualista, por intereses particulares y no por objetivos colectivos.
Sin consenso no existen los gobiernos. Es imposible un progreso y un desarrollo medianamente sostenido si los administradores del Estado no resuelven institucionalmente, de manera racional, sus disputas.
El desgaste de la sociedad es constante. El cansancio también. La ciudadanía no pretende asistir a un circo político y mediático de dimes y diretes. El poder está para ejercerlo en pos de un bien social compartido. Cualquier intento del poder como herramienta para conseguir objetivos particulares choca contra un eje de acción fundamental de la política: transformar la realidad de las personas.
La política es desde las bases y a este Gobierno pareciera ser que le falta caminar las calles. Las peleas que decide dar y los caminos que opta tomar no son paralelos a las demandas sociales. Urge un poco de escucha para con la sociedad civil. Es imperioso que los administradores del Estado dejen de dar sus propias batallas y empiecen a ejercer el poder por el bien colectivo.
En fin, son tiempos difíciles donde las internas no ayudan. Menos aún si están marcadas por la irresponsabilidad. No hay posibilidades de mejorar la realidad desde la política si ésta no apunta a objetivos claros y colectivos. Es momento de evitar que la historia se repita.
Julián Lazo Stegeman