Salud y Bienestar
Salud mental, la gran olvidada del embarazo
Varias expertas señalan los riesgos de no prevenir y tratar patologías de salud mental en el tránsito a la maternidad
“El embarazo supone una crisis vital de primer orden para la mujer y, junto con ella, para toda la familia. Es, además, la puerta de entrada a la larga y compleja etapa de crianza que simultaneamos con otros muchos roles”. Para Patricia Fernández, psicóloga clínica y autora de Psicología del embarazo (Síntesis), la maternidad en su conjunto conlleva cambios profundos a nivel identitario y cómo se viva en el inicio, desde la preconcepción incluso, marcará la salud mental materna, los vínculos y las dinámicas familiares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 25% de las embarazadas experimenta algún tipo de malestar psíquico significativo y que una de cada cinco madres primerizas va a padecer algún tipo de trastorno del estado de ánimo o de ansiedad durante el embarazo y el posparto.
Raquel Carmona, psiquiatra y directora del programa de salud mental perinatal del Área Sanitaria Norte de Córdoba, señala que esta cifra puede ser aún mayor, ya que existe un infradiagnóstico de los trastornos mentales perinatales por diferentes motivos, entre ellos el estigma asociado a la enfermedad mental que en la perinatalidad cobra aún más importancia. “En España no tenemos datos, pero podemos hacer una estimación a partir de las cifras globales y hacernos a la idea de que la prevalencia de los trastornos mentales perinatales es muy elevada y de que necesitamos planes de acción concretos para prevenirlos y tratarlos. Subestimar estas patologías conduce a la ausencia de tratamientos adecuados en buena parte de los casos”, cuenta.
Los problemas de salud mental más frecuentes, según Carmona, son los trastornos afectivos (depresión y ansiedad). Aunque las mujeres experimentan también muchos otros problemas de salud durante esta etapa, al igual que en otros momentos vitales, la gestación es para la experta un momento de enorme vulnerabilidad que predispone a las mujeres al primer episodio de un trastorno mental o a un mayor riesgo de recaída de patologías previas ya diagnosticadas.
Patricia Fernández, por ejemplo, ha observado en consulta que los trastornos obsesivos son muy frecuentes en el embarazo. “El miedo al impulso de agresión o al contagio generan mucha confusión y angustia muy incapacitantes. La negación de embarazo sería el caso más llamativo y uno de los factores de riesgo a considerar para la psicopatología de la díada madre bebe”, explica.
El último Informe Euro-Peristat (2015-2019), que analiza periódicamente desde 2008 la salud y el cuidado de mujeres embarazadas y bebés en Europa como medidor del bienestar de las poblaciones, señalaba que para la madre, los malos resultados relacionados con el embarazo pueden tener efectos duraderos en salud mental y asociarse con morbilidad en etapas posteriores de la vida.
En este sentido, el último informe elaborado por el programa de investigación de Reino Unido MBRRACE-UK, que ha investigado la mortalidad materna en este país entre 2018 y 2020, alertaba de que por primera vez las muertes por suicidio han sido una de las principales causas de muertes maternas directas.
Jenny Kurinczuk, profesora de la Unidad Nacional de Epidemiología Perinatal (NPEU) de la Universidad de Oxford y directora de este programa de investigación, explica que este aumento sustancial en la tasa de suicidio evidencia que la salud mental de las madres se ha deteriorado sustancialmente. “Los resultados incluyen por primera vez datos del período pandémico, ya que cubren el período 2018-2020. Queda por ver, y publicaremos los datos más adelante este año, si esto se mantuvo en el segundo año de la pandemia”. En comparación con los datos recopilados entre 2017 y 2019, las mujeres tenían tres veces más posibilidades de morir por suicidio durante las seis semanas siguientes al fin de la gestación.