ECONOMIA
Recuperan miles de toneladas de desperdicios de frutas y verduras
El 30 % de las frutas y el 40 % de las hortalizas de las verdulerías se desechan o desperdician. Para mitigar ese daño en 2020 pusieron en marcha una iniciativa piloto que ya logró que se recuperen 3.471 toneladas de alimentos aptos para consumo humano y 4.372 toneladas de residuos orgánicos de frutas y hortalizas para compostaje.
Entre los principales objetivos ya concretados en el Mercado Central porteño y que bien se puede replicar en cualquier centro concentrador del país, se encuentran disponer de alimentos aptos para consumo humano destinados a su donación a organizaciones sociales y comedores populares; valorizar los residuos orgánicos mediante la producción de compost y para alimentación animal; brindar asesoramiento y capacitación a productores y operadores sobre manejo de pérdidas y desperdicios de residuos en las distintas etapas productivas y de comercialización y consumo de alimentos.
El especialista Pedro Rizzo señaló que “lo primero que hicimos es estimar fehacientemente cuánto se generaba de residuos de frutas y hortalizas. Mandamos a analizar para medir la potencialidad de estos residuos. Lo hicimos en laboratorios del Mercado Central y del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola”. El profesional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria agregó: “Determinamos que, de agosto de 2020 a julio de 2023, se han producido 4.372 toneladas de compost. Y toda esa materia orgánica es la que evitó enviar a un relleno sanitario”.
“Es un proyecto sustentable social, ambiental y económico”, expresó Marisol Troya, gerenta de Calidad y Transparencia del Mercado, quien ponderó el rol social: “Nosotros empleamos a trabajadoras y trabajadores en situación de calle o de volquete y hoy logramos que tengan un trabajo sujeto a derecho y forman parte de la planta del Mercado Central”. Y añadió: “Al separar los alimentos aptos para consumo humano de los que son residuos orgánicos para compostaje logramos también contribuir con comedores y organizaciones sociales”.
Fabián Rainoldi, responsable del innovador proyecto del Mercado Central, aseguró que “con este manejo, aproximadamente 37.500 personas se alimentan por semana y se abastecen entre 450 y 700 comedores, con el fin de generar la consciencia y el compromiso de todos los sectores para mayor sustentabilidad”.
En este sentido, Rainoldi detalló que “se diseñaron procedimientos internos para la recuperación de alimentos y la producción de compostaje, normativas del Senasa y del Código Alimentario”.
Entre las distintas etapas, Rainoldi explicó que “primero recibimos las mercaderías que salen del circuito comercial de los operadores, a través de una donación que les reporta beneficios a quienes adhieren al programa. Luego, se hace la separación primaria del material orgánico e inorgánico. Finalmente, se procede a traspasar los cajones del operador a los cajones verdes (IFCO)”. Y añadió: “Los pasos siguientes consisten en el paletizado de los cajones verdes y el registro de todos los movimientos diarios en remitos y documentos internos”.
En cuanto a los criterios de separación, existen características organolépticas referidas al color, forma, textura, sabor, olor, tamaño. También se evalúan los problemas en las instancias de almacenamiento, transporte y embalajes deficientes. El equipo de separadoras y separadores se capacita en cursos que dictan desde el Área de Calidad y Transparencia en manipulación de alimentos. Se reciben frutas y verduras en un solo lateral de cada Nave. Un roll off para compostaje con reja y otro roll off para desechos.
Sistemas alimentarios sostenibles como objetivo
A nivel global, aproximadamente el 13 % de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista y el 17 % de la producción total de alimentos se desperdicia en los hogares, la restauración y el comercio por menor. En este contexto, es fundamental reducir las pérdidas y el desperdicio.
El Día Internacional de Conciencia sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos, celebrado desde 2019 cada 29 de septiembre, es una oportunidad para tomar conciencia y establecer prioridades para poder avanzar en innovaciones que tiendan a reducir la perdida de alimentos y el desperdicio para lograr sistemas alimentarios más sostenibles, eficientes e inclusivos.
La pérdida y el desperdicio de alimentos significa que todos los recursos que se utilizaron para su producción -agua, tierra, energía, mano de obra y capital- se desaprovechan. Además, la eliminación de los alimentos que no se consumen en los vertederos generan emisiones de gases de efecto invernadero, con su consecuente impacto en el cambio climático.
Por estos motivos, es necesario que se adopten medidas a escala mundial y local para un mejor aprovechamiento de los alimentos que se producen y centrarse en la adopción de enfoques que integren la reducción de la perdida y el desperdicio de alimentos.