Una mirada lingüística sobre un asunto fiscal: déficit y equilibrio.
Hay palabras que no solo nombran las cosas, sino que las ordenan. Son llaves de un sentido colectivo, brújulas del pensamiento político y económico. Entre esas palabras, pocas han cargado con tanto peso simbólico como el concepto de “déficit”. Su historia en la Argentina es, en realidad, la historia de una disputa por el significado mismo de la justicia, del orden y del Estado. No es un simple término técnico, sino un signo ideológico, una forma de mirar el mundo.