Fabián Ibarra, carnicero de El Pampita, calle Urquiza
"A todos los trabajadores les digo que hay que seguir trabajando, por la familia y el bienestar de uno mismo"
Hace treinta y seis años, más o menos, que soy carnicero; empecé con mi papá, en el antiguo Mercado Modelo. Aquí, en El Pampita, hace unos treinta años que estoy.
Mi tarea empieza todos los días, desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde y de las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche. Además de atender a los clientes, preparo la carne, hago los despostes. Todo lo aprendí de mi papá. En cuanto a los clientes, a algunos, luego de tantos años, ya les conozco los gustos; incluso, cuando no estoy me extrañan; lo dice la misma gente.
Tengo familia; mi hijo Francisco, estudiante de medicina en tercer año; mi señora Alejandra. Mi trabajo me permite mantener una familia, con achiques de aquí y de allá, pero, por ahora se puede.
A veces, un domingo al mes, más o menos, me toca ir al otro supermercado El Pampita. Aunque mi "base" es este Pampita, de la calle Urquiza; me gusta estar acá, conozco a la gente desde hace años, el barrio. Desde el principio, estoy aquí con Julio Yáñez, quien entró unos dos meses antes que yo. A todos los trabajadores, en su día, les digo que hay que seguir trabajando, luchando para mantener la familia y el bienestar de uno mismo.