Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
“La educación y el trabajo deben preparase para un gran cambio…”5ª Entrega
La exposición a los cambios, que hoy son tan frecuentes, es uno de los estresores o estímulos de estrés de la actualidad; esto nos pone frente a la necesidad de un cambio de actitud al respecto.
La estabilidad imperante en la modernidad, fue licuada en la posmodernidad o modernidad líquida de Zigmunt Bauman; por esta razón nos debiéramos poner en el camino de la adaptación positiva a los cambios; en razón a esto los invito a las reflexiones propuestas, en el libro “Las próximas reglas del trabajo”, de Gary Bolles, presidente adjunto de The Future of Work en Singularity University; es uno de los invitados destacados al Congreso Internacional de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey o CIIE.
En su conferencia habló de cómo la educación y el trabajo deben estar preparados para los cambios inmensos de un mundo en constante transformación; los objetivos propuestos en la audiencia fueron, asustarlos para que cambien, inspirarlos al cambio y entusiasmarlos para ponerse en el cambio; sostiene que educación y trabajo deben estar entrelazados, porque no se puede pensar en un trabajo único ni en una sola forma de aprender; cada persona puede dedicarse en forma simultánea a diferentes trabajos en el día: dar clases por la mañana, trabajar en una oficina durante la tarde y desarrollar un proyecto personal durante la noche; luego dijo que frente al trabajo hay que provocar un cambio de mentalidad; de este modo se puede estar preparado para las situaciones de cambio, como lo que generó la pandemia 2019; esa situación modificó las reglas y las formas, lo que provocó un movimiento de todos los cimientos.
El cambio de mentalidad hace que docentes, estudiantes y trabajadores entiendan a la inteligencia artificial (como el polémico ChatBCG) no como una competencia amenazante sino como una herramienta para aprovechar; hoy el trabajador debe ser alguien capaz de resolver problemas en condiciones adaptativas, ser creativo frente a problemas desconocidos, siempre en condiciones de empatía, con amor a su tarea. Hay seis preguntas en torno al trabajo: qué, dónde, cuándo, quién, cómo y por qué. ¿Por qué se trabaja?
La respuesta tradicional señalaría primero por el dinero y luego por ser bueno en la tarea. Otras razones serían la pasión que provoca el trabajo y la necesidad de prestar ayuda a los demás. Si uno trabaja en algo que no le gustaba, esperaba que apareciera la pasión... algo que raramente sucedía. Las nuevas generaciones han invertido las razones. Muchos empiezan pensando en la empatía, lo que les provoca amor y por ese compromiso se hacen expertos, lo que finalmente implica que ganen dinero. Parece poco, pero es mucho: es un cambio de mentalidad.
“Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados
y ningún hombre de espíritu elevado les adulará”
Aristóteles