8ª Entrega
La pandemia y los hábitos no saludables: un plus para ocuparse
Una editorial escrita de manera semanal por el Dr. Bernardo "Cacho" Gandini, para el diario El Debate Pregón
La pandemia, especialmente por estrés y falta de actividad, condujo a muchas personas al sobrepeso y la obesidad; la influencia de los determinantes sociales e individuales, probablemente, han influido de manera variable en cada caso. Sin dudas la información relevante es el paso inicial para ocuparse de revertir la situación, a lo que deberá sumarse una estrategia de re-educación para la que se necesitan recomendaciones de expertos con el fin de comenzar a generar los cambios necesarios.
Las dietas, de cualquier característica y tipo, sólo tienen efectos a corto plazo, no siempre positivos, y no generan los cambios necesarios de conducta frente a los alimentos. Para bajar de peso es necesaria una alimentación saludable y actividad física. De acuerdo con algunos estudios, solo el 20% de las personas mantienen un plan de alimentación para perder peso a largo plazo. Esto quiere decir que el 80% de las personas renuncian antes de ver los resultados. Si no cambias tus hábitos sólo logras comer mejor durante muy poco tiempo, pero para adelgazar y ver resultados este poco tiempo no es completamente suficiente. La motivación acompaña poco tiempo y se regresa a los hábitos anteriores.
Nuevas investigaciones muestran que la dieta hace que seas más sensible a sentir estrés. Sentir estrés hace que te inclines por alimentos con alto contenido de grasa o con mucho azúcar. También se ha visto que la hormona del estrés, "el cortisol", promueve el aumento de grasa en el abdomen. Hacer dieta no funciona, muchos cambios juntos, poco efecto a largo plazo. Cada decisión sobre lo que comes resulta en un gran esfuerzo, porque luchas contra los hábitos grabados en tu cerebro. Se debe lograr un cambio efectivo por vez, porque persiste a largo plazo. La forma de adelgazar no es morirse de hambre, es comer lo necesario para fundir las grasas del cuerpo. Adelgazar no debe ser doloroso ni incómodo. La clave es seleccionar mejor los alimentos en las porciones adecuadas.
Algunos trucos psicológicos pueden dar grandes resultados, aprendiendo a controlar las porciones y a mejorar tus decisiones de comida. Comenzar con pequeñas acciones en un esquema fijo. Éstas engañan a tu cerebro. Usar platos razonables y vasos altos. No beber calorías, la nutricionista te ayudará. Masticar muy bien, muchas veces; si cuentas las veces te sorprenderás por la escasa masticación. Mide las porciones antes de servirte con una cuchara pequeña; no comas de las fuentes, ni de los envases. Divide el alimento en porciones y come una. Tener alimentos saludables a la vista. Imagina un botón de pausa activado, dentro de ti. No te prohíbas nada, sólo reduce la porción. Imagínate comiendo, antes de comer, así se come menos. Confecciona tu lista de distracciones, para evitar atracones. Disfruta la comida sin culpa. Lleva una colación saludable para ataques de apetito.
"Ninguno hay que no pueda ser maestro de otro en algo"Baltasar Gracián