La defensa de la universidad pública: un consenso básico social.
En cualquier sociedad, la convivencia pacífica y ordenada requiere la existencia de consensos básicos. Estos acuerdos implícitos o explícitos permiten que las diferencias individuales no se transformen en conflictos permanentes y, en cambio, generen un terreno fértil para la diversidad, el respeto mutuo y el crecimiento colectivo. En este marco, la educación, y en especial la universidad pública, constituye uno de esos pilares fundamentales sobre los cuales se sostiene la estructura de una comunidad cohesionada y equitativa. La universidad pública no solo forma profesionales, sino que es un espacio de integración social, pensamiento crítico y movilidad social ascendente, por lo cual su defensa y fortalecimiento resultan prioritarios para el futuro de la sociedad.