ESPACIO DE PSICOLOGIA
La Abuelidad
Muchos cambios ocurridos a lo largo del siglo XX originaron un aumento en la expectativa de vida, por lo cual las personas llegan a ser abuelos /abuelas durante una fracción mayor de su vida; esto implica un aumento de la importancia de este lugar parental y del interés por su estudio. Actualmente, en el marco del estudio de la primera infancia se le ha dado gran importancia al desarrollo de toda la red familiar del niño y la niña, y por tanto a los abuelos y abuelas como parte de ella.
Esta tendencia es opuesta a la de épocas anteriores, cuando se consideraba a la familia como el grupo donde sólo confluían las relaciones entre padre/madre e hijos/as. Consideramos las relaciones entre abuelos y nietos durante la trayectoria vital y la creciente importancia demostrada de la influencia de las relaciones intergeneracionales como factores determinantes para el desarrollo de ambos. Algunos estudios han demostrado que ellos intervienen en épocas de crisis, para mantener la familia y ayudar a que ésta salga adelante, en caso de una enfermedad, muerte de alguno de sus integrantes, migración a otro país o imposibilidad de hacerse cargo de los hijos; de allí que se establezcan relaciones intergeneracionales significativas para el cuidado y la crianza, con una participación importante en la configuración de los vínculos emocionales y afectivos. Al respecto, Osuna dice: en la actualidad nadie cuestionará la importancia que están adquiriendo los abuelos en las relaciones familiares, el número de personas que aumenta, así como también crece el número de años que ellos pueden compartir con sus nietos. Abuelidad es un concepto acuñado por la médica psiquiatra y psicoanalista Paulina Redler en 1980 para denominar a la relación y función de los abuelos con respecto a los nietos, y los efectos psicológicos del vínculo. El término se asocia con su equivalente paternidad para describir el vínculo y función del padre con sus hijos y maternidad, para describir el vínculo y función de la madre con sus hijos, es un fenómeno relativamente reciente, ligado al desarrollo de la gerontología y los derechos de los ancianos, así como al fenómeno de alargamiento de la vida humana y de la noción de tercera edad.
El rol de la abuelidad se vincula con la función de la transmisión del conocimiento generacional, del pasado, los orígenes a la vez que, al mantener una relación con los nietos menos tensada por las relaciones de autoridad que estos mantienen con sus padres, los abuelos están en mejores condiciones de "escuchar, comprender y sostener a sus nietos en ocasiones que sus padres no pueden hacerlo..." Juegan de este modo un papel esencial en el proceso de "transmisión intergeneracional", proceso ligado estrechamente al de la construcción de la identidad.
El momento, habitualmente coincide con una etapa de la trayectoria de vida en la que se producen importantes pérdidas (viudez, jubilación, enfermedades, etc.) que obligan a una reorganización psíquica y relacional. De este modo, la abuelidad se conforma como una oportunidad para ello. El nieto es una expresión de inmortalidad, a la vez que una evidencia no dolorosa de la muerte inevitable. Desde el aspecto edípico, la abuelidad permite resignificar la relación padre-hijo, a partir de la menor ansiedad y mayor distancia que existe en el vínculo. Pese a que el rol familiar de los abuelos ha recibido muy poca atención hasta hace muy poco tiempo, hay un amplio consenso sobre la importantísima influencia que los abuelos tienen en la educación de los nietos incluso cuando estos ya son adultos. Cabe destacar entre los elementos beneficiosos que los abuelos tienen para los nietos el de ser un guía y consejero, el trasmitir conocimientos y valores o el dar un sentido de patrimonio familiar y estabilidad. Los abuelos proporcionan una ayuda crucial a todos los niveles: económico, emocional…de cuidado. Saben escuchar a sus nietos y estos los escuchan a ellos en cuestiones relevantes. Algunos estudios sugieren que: los abuelos reconocieron la importancia de involucrarse en la socialización de los nietos como apoyo a los padres y la necesidad de adaptarse a los cambios sociales; destacaron su papel significativo en la transmisión de valores tradicionales, los cuales percibían que están en decadencia en comparación con el hedonismo y la autodirección, y la combinación de calidez e implicación como la mejor vía para ayudar a los nietos a interiorizar los valores, percibían que la interacción con los nietos les ayuda a sentirse activos y útiles, aumenta su propósito de vida y les da una segunda oportunidad de disfrutar de aspectos que no pudieron con sus propios hijos; y algunos abuelos también acusaron carga ante el exceso de horas de cuidado y conflictos intergeneracionales asociados a ambigüedad de rol y falta de límites. Estos resultados muestran la importancia de desarrollar políticas familiares que reconozcan el papel socializador de los abuelos. Además, se deben desarrollar intervenciones que promuevan estrategias que permitan a los abuelos desempeñar su papel con más éxito y hacer frente a posibles conflictos familiares.
En nuestra sociedad actual, el rol de los abuelos/as es más relevante de lo que en ocasiones se reconoce. Son variados los estudios que apoyan la satisfacción de los abuelos/as ante el nacimiento de los nietos/as y la adopción del rol que este acontecimiento supone. Ahora bien, ¿qué es lo que hace a los abuelos valorar su rol? lo que hace que la abuelidad sea o no satisfactoria parece depender principalmente de la relación con el hijo/a adulto. En este sentido, los conflictos, cuando existen, a menudo se deben a la responsabilidad de los abuelos en el cuidado de los nietos, las relaciones con el hijo/a adulto o sus sentimientos sobre el ser abuelo. Conocer el momento vital y la fase del proceso en el que se encuentra la familia puede ser de gran ayuda para los integrantes de la misma a su vez que contribuirá a entender los conflictos familiares que pudieran surgir en esos momentos y a abordarlos de una manera adecuada. Estos ciclos vitales de la familia y los conflictos que en ellos se gestan, son y debieran ser vividos como un proceso natural de la misma, en el que los cambios forman parte de un sistema en crecimiento, como el que en sí constituye la familia. En este contexto son muchas las influencias (interpersonales, económicas y sociales) que pueden generar tensiones, el cómo se afronten y resuelvan son determinantes para dicho sistema.
Se ha comprobado que los abuelos brindan: Apoyo emocional: es la función por excelencia de los abuelos hacia sus nietos. En la actualidad el rol de los abuelos está asociado más con la trasmisión de afecto y cariño que con la autoridad y la disciplina, más usual en la antigüedad. La creación de consistentes lazos emocionales entre abuelos y nietos hace que esta relación juegue un papel importante en el proceso de desarrollo psicoevolutivo de los menores incluso después de una separación parental. Soporte en las tareas de cuidado y atención con implicaciones en el proceso educativo de los nietos teniendo un poder de influencia efectiva y simbólica en éstos. Esta situación se da con especial intensidad principalmente en familias monoparentales, en casos de progenitores adolescentes o cuando ambos progenitores desempeñan actividades laborales fuera del hogar. Los menores perciben a los abuelos más relajados que a los padres en estas tareas y establecen vinculaciones afectivas muy fuertes. Esta función en ocasiones es foco de conflicto progenitores-abuelos, bien porque los primeros perciben una intrusión en sus facultades parentales, o por discrepancias en las pautas educativas (i.e., abuelos que dan a los nietos todo lo que quieren y no aplican reglas). Confidencialidad y compañerismo :Los abuelos se convierten en muchas ocasiones en confidentes privilegiados de sus nietos, porque estos no les perciben como figuras de autoridad y sí afectivamente próximos.
Trasmisor de la memoria familiar (historiador de la familia). Esta función, presente desde la antigüedad, sirve para comunicar conocimientos, tradiciones y costumbres, es decir, tiene un papel importante en el proceso socializador de los menores. Este conocimiento sobre su cultura y patrimonio familiar ayuda a los niños a desarrollar su identidad con base tanto en sus antepasados como en su vida presente.
Modelos de envejecimiento y de ocupaciones. Trasmitir a los nietos cómo piensan y funcionan las personas mayores es importante para crear una actitud positiva y de respeto de los menores para con la gente mayor.
Mediador de los conflictos paternofiliales. Es una función estabilizadora de la familia, ayudando a gestionar los conflictos padres-hijos. Ayuda a los hijos en sus funciones parentales. Apoyo en momentos críticos. Incluso en abuelos poco implicados en la dinámica familiar de sus hijos en momentos problemáticos adoptan un papel más activo de carácter asistencial (soporte financiero y emocional).
“De los padres recibí la formación ética, práctica y académica; pero de los abuelos aprendí a amar y ser amado”